miércoles, 23 de enero de 2013

Reflexión Bloque II


Hace mucho, pero que mucho tiempo, la gente pasaba el rato contando cuentos. Estos cuentos han llegado a nuestra generación de boca en boca. No conoces la primera versión de estos cuentos, lo que si sabemos que nadie los ha escrito y que el autor de todos estos cuentos es anónimo.

Me estoy refiriendo a los cuentos folclóricos o también conocidos como cuentos populares, ya que el autor de estos cuentos es el pueblo.

Cuando éramos pequeños, por lo menos en mi caso, mi madre solía contarme algún que otro cuento, pero no cogía ningún libro para leerlo. Eran cuentos que le habían contado sus padres, y a estos los abuelos de mi madre... La imaginación de las personas es increíblemente grande. Poco a poco los textos se han cambiado de forma.

En mi opinión, y como lo estuvimos hablando en clase, Walt Disney, ha hecho bastante daño a los cuentos folclóricos, ya que la versión de dibujos animados no nos ha hecho conocer, a ciencia cierta, la versión original del cuento popular.

Dentro de los textos folclóricos encontramos los géneros de Prosa, verso y teatro. La temático de estos textos no era infantil, ya que se trataban temas que no eran apropiados para tratarlos con niños pequeños. Todos y cada uno de los textos folclóricos han cambiado su versión de generación en generación, y, como he dicho anteriormente, creo que nunca conoceremos las versiones originales de estos textos populares.

 

Dentro de los textos folclóricos deberíamos hablar de los títeres, un intrumento de trabajo hecho de plástico, tela, madera... dependiendo de la época. Los títeres los maneja una o dos personas que dan voces a los personajes, y normalmente lo historia suele ser siempre la misma. Con esta actuación, se pretende que los niños participen en la realización de la obra, ya que estos tienen que avisar al protagonista si ven al personaje malo. Antiguamente, el que dirigía el títere iba de pueblo en pueblo para mostrar a los ciudadanos la historia y hacer que pasasen un buen rato. Participaba gente de todas las edades. Actualmente esta tradición sigue en pie, en el Retiro de Madrid, todos los domingos se realiza una obra de títeres para los más pequeños, en frente del lago.
 
Creo que los textos folclóricos han marcado nuestra infancia, y van a hacer que nosotros les transmitamos estos textos a nuestros hijos, de la misma manera o de otra diferente a como nos la contaron nuestros padrs y abuelos.
Tratar este tema ha hecho que por un día me encoja y vuelva a ser aquella niña pequeña, morena e inocente que se quedaba embobada viendo a su madre cuando contaba un cuento.
 
 
 

1 comentario:

  1. Vale pero no puede ser una reflexión menos reflexiva... y, además faltan aspectos.

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