lunes, 7 de enero de 2013

Adaptación de un cuento

En un país muy pero que muy lejano, hace ya mucho tiempo, reinaban una pareja de jóvenes apuestos. La parejas estaba repleta de amor el uno por el otro, y solo les faltaba una cosa... ¡tener un hijo, sea del sexo que sea!. Para el reino, la más grata sorpresa sería que naciese un hijo, ya que sería el futuro heredero de la corona. Como ya sabéis, tanto ahora como antiguamente, las mujeres no pueden reinar salvo que estén casadas con el rey. Bueno, continuemos con la historia. El rey y la reina no tenían tantas ganas de que naciese un varón, ya que siempre habían soñando con tener una hija tan bella como la madre.

Tras varios meses esperando la noticia, la reina se quedó embarazada. Durante todo su embarazo, tanto sus padres como el pueblo tenían la intriga de si iba a ser niño o niña. Nueve meses más tarde llegó el gran día. El día de que la reina diese a luz. Las campanas del reino sonaban sin cesar, todo el pueblo se reunió en la plaza del palacio. De repente, desde la plaza, se pudo oír el llano de un bebé. Todos emocionados y contentos se pusieron a aplaudir y a gritar de la alegría. Pero algo estaba yendo mal, el rey no salía al balcón a presentar al futuro heredero, las sirvientas iban de un lado para otro con toallas y gasas. Se las veía nerviosas. 

Al atardecer, el rey salió al balcón cabizbajo, con cara de tener pocos amigos y con los ojos vidriosos. Todo el pueblo se quedó en silencio y se preguntaba qué es lo que habría pasado. El rey comenzó su discurso:
- La reina ha dado a luz a una hermosa niña llamada Bella, siento mucho el haberos fallado y no haberos traído a un futuro heredero para el trono de nuestro reino. Antes de irme, tengo que daros una segunda noticia... la reina no ha podido superar el parto y nos a abandonado. Ha preferido salvar la vida de su hija que la suya propia...

El pueblo no se podía estar creyendo lo que estaba pasando. Dos noticias malas en menos de un minuto. El rey continuó con su discurso:

-... Antes de dejarme, me dijo que os había fallado por no haberos dado un varón como futuro heredero y que para ello tendría que buscar a una mujer más guapa que ella y así poder daros un varón. 

Pasaron los años y Bella fue creciendo. Tal era su hermosura que a los caballeros del rey les tenía enamorados. Pero tan solo tenía 12 años. 

El rey hacía todo lo posible para conseguir a una mujer más bella que la madre de su hija, pero ninguna mujer podía superar esa belleza. Los años seguían pasando y el pueblo cada vez estaba más nervioso, porque veían que el rey se estaba haciendo muy mayor y no tenían a un heredero para el trono.

Bella era una chica muy amable y feliz, le encantaba el campo y cuando podía se escapaba al bosque a leer un libro, ya que la encantaba leer un libro con los sonidos de la naturaleza de fondo. Un día, Bella iba cantando por el bosque, cuando un ruido muy extraño hizo que se parase de golpe. Se giró y vio a un caballero que tapaba su rostro con una capa de color negro. La princesa se asustó y comenzó a correr a la vez que pedía auxilio. El caballero la siguió y consiguió alcanzarla. La agarró del brazo y la tranquilizo. El caballero era un joven atractivo, muy guapo y parecía agradable. Pero la princesa no estaba para ponerse a pensar si era guapo o no. 

La princesa Bella consiguió calmarse y no paraba de preguntar al misterioso caballero que qué es lo que quería de ella. El caballero la contestó:

- Hermosa princesa, dulce y amable como la seda. Solo vengo a informarla de la opinión del pueblo. El pueblo está viendo que tu padre ya no es aquel joven apuesto de hace 18 años. El otro día nos juntamos en la taberna los hombres del pueblo y hemos pensado una cosa. Se supone que solo se convierte en rey un descendiente varón... pero ¿por qué no ser tú la futura reina?.

La princesa Bella se quedo pensando en las palabras del aquel joven caballero. Bella tenía curiosidad en saber el nombre de aquel hombre tan misterioso. Se llamaba Alessandro, vivía en la zona antigua del reino y se dedicaba a hacer espadas forjadas a mano, aunque su sueño siempre había sido ser un caballero de la corte real. Vivía con su abuela, ya que sus padres murieron cuando él tan solo tenía 3 años. 

Alessandro la dijo que su padre podría hacer una gran fiesta invitando a todos los príncipes de los reinos cercanos y el que ella eligiese sería su futuro esposo y heredero del reino. Bella le hizo caso y regresó al palacio corriendo para contarle la idea que le había dado Alessandro. Al rey no le pareció una grandísima idea como a Bella le había parecido, porque el rey quería obedecer las palabras de su mujer, pero, había que ser realista, y con su edad las mujeres no es que sean muy hermosas. 

El rey mandó a sus sirvientes dar la noticia al pueblo y mandar invitaciones a los príncipes, no solo de los reinas próximos, sino del continente europeo entero. 

Bella llevaba unos días pensando en aquel joven caballero que la dio esa gran idea. Quería invitarle al gran baile real pero no sabía como decirle a su padre que quería invitar a un plebeyo. La princesa le echó valentía y fue a ver a su padre. Le comentó como la habían dado la idea y quién había sido. El padre enfurecido la mandó a su cuarto y la dijo que un plebeyo no reinaría. Bella se puso a llorar y aquella misma noche se puso la capa roja y se escapó por la ventana. Iba en busca de Alessandro. Al llegar a la zona antigua de pueblo, entró en un mesón y preguntó que si alguien sabía donde vivía Alessandro, y la gente, muy amable, la explicó cómo tenía que ir. 

Al llegar a la casa de Alessandro, contó hasta tres para llamar a la puerta. Llamó pero nadie abría la puerta, a lo lejos se oía a alguien andando lentamente hacía la puerta. Era la abuela de Alessander. Bella le explicó quién era y que necesitaba hablar con su nieto. La abuela la dejó pasar y la acompaño al cuarto de Alessander. 

Bella le dijo que ella quería que fuese al baile pero que su padre no la dejaba invitarla, entonces, tramaron un plan. Alessandro iría vestido de príncipe y su abuela sería la que le hiciera el traje. Tendría que estar a las 8 en punto en palacio. Ella bajaría a recibirle.

Alas 7 y media de la tarde la princesa ya estaba lista para recibir a sus invitados, especialmente a Alessandro. Desde las 8 empezaron a llegar los invitados, y entre el mogollón de jóvenes apuestos apareció él, con un traje maravilloso, todo un caballero.

Bella, tras recibir a los invitados, dio la bienvenida a todos a través del trono. Junto a ella estaban su padre, el rey. Ya eran las 10 de la noche y Bella ya había bailado con muchas pretendientes, ahora, era el turno de Alessandro. De un momento a otro la gente les hizo un corro, ellos no se inmutaron de los observados que estaban siendo. Se notaba en sus miradas. El amor en persona. Él y ella unidos por sus miradas.El rey no se creía lo que estaba viendo, el amor había llegado de nuevo al palacio.

Al finalizar el gran baile, Bella va a hablar con su padre y le dice que quiere presentarle a alguien muy importante. En ese momento aparece Alessandro por la puerta. El padre de Bella le sonríe y le saluda muy contento, ya que había visto el amor que hay entre ellos. Bella prosigue diciendo:

- Pápa... hay algo de Alessandro que no sabéis y quiero que sepáis... Alessandro es el chico del que os hable, el que me dijo lo de la gran idea, el que hace espadas, el que vive con su abuela en la antigua zona del reino... quiero que le aceptéis porque este chico que veis aquí va a ser el futuro rey de este reino, mi futuro esposo. Solo han sido 3 días los que nos hemos visto, pero me ha bastado para darme cuenta que es el hombre de mi vida, le aceptes o no mi futuro esta junto a él.

El rey se quedo boquiabierto y al ver a su hija tan entregada, contestó:

-Mi querida hija, he podido apreciar desde mi trono vuestras miradas, y no son miradas de amigos... son miradas de amor. Lo único que quiero es tu felicidad y si con Alessandro estas feliz tienes mi aprobación al completo.

Bella saltó a los brazos de su padre comiéndole a besos. Meses después Alessandro y Bella se casaron en una ceremonia por todo lo alto en la cual todo el pueblo había sido invitado. A la semana siguiente fueron nombrados reyes por el padre de Bella y colorín colorado este cuento se ha acabado.

Esta historia acaba aquí, con un final feliz y diferente. Espero que hayan disfrutado leyéndolo como yo he disfrutado escribiéndolo. En este cuento he querido dar una vuelta de 180º, no tiene que haber un descendiente varón para reinar.

1 comentario:

  1. Es una historia preciosa... muuuuy romántica, pero no es una adaptación de Toda clase de pieles porque no sigue el esquema de los cuentos folclóricos ni respeta los puntos clave de este esquema. Cuando veamos la película la semana que viene los recordaremos. Básicamente, la protagonista debe salir del hogar y madurar a través de una serie de pruebas para convertirse en adulta.

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